Tomad, Señor
Tomad, Señor y recibid
toda mi libertad
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad
Todo mi haber y mi poseer
vos me lo disteis
a vos Señor lo torno
Todo es vuestro
disponed a toda vuestra voluntad
Dadme vuestro amor y gracia
que ésta me basta
San Ignacio de Loyola |
Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame
cuerpo de Cristo, sálvame
Sangre de Cristo, embriágame
Agua del costado de Cristo, lávame
Pasión de Cristo, confórtame
oh, buen Jesús, óyeme
dentro de tus llagas escóndeme
no permitas que me aparte de ti
del maligno enemigo defiéndeme
en la hora de mi muerte
llámame
y mándame ir a ti
para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos.
Amén
San Ignacio de Loyola |
¡Enamórate!
¡Enamórate !
Nada puede importar más que encontrar a Dios.
Es decir, enamorarse de Él
de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación,
y acaba por ir dejando su huella en todo.
Será lo que decida qué es
lo que te saca de la cama en la mañana,
qué haces con tus atardeceres,
en qué empleas tus fines de semana,
lo que lees, lo que conoces,
lo que rompe tu corazón,
y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.
¡Enamórate! ¡Permanece en el amor!
Todo será de otra manera
Pedro Arrupe SJ |
Eterno Señor de Todas las cosas
Eterno Señor de todas las cosas,
Siento tu mirada puesta en mí,
Sé que tu Madre está aquí cerca
Y que, en torno a ti, hay una multitud
De hombre y mujeres, de mártires y santos.
Si tú me ayudas,
Quisiera ofrecerme a ti:
Es mi determinación más firme y mi deseo
Si Tú me aceptas,
Proceder en este mundo como tú procediste.
Sé que viviste en una pequeña aldea,
Sin comodidades, sin educación especial.
Sé que rechazaste el poder político.
Sé lo mucho que sufriste:
Las autoridades te rechazaron,
Los amigos te abandonaron.
Pero, para mí, es algo maravilloso
Que me invites a seguirte de cerca
Adaptación de la original de San Ignacio de Loyola |