¿Quieres unirte a nuestra Comunidad?
La Comunidad Cristiana Nuestra Señora del Recuerdo está abierta a cualquier persona que lo desee. Tenga o no vínculo con el Colegio del Recuerdo, sin importar el estado civil. Se busca a personas con ganas de vivir la fe compartiendo, escuchando y rezando en comunidad. No es necesario tener mucha fe o tener una gran experiencia, tan solo tener inquietud por dar sentido a la vida desde el crecimiento espiritual con la ayuda de la espiritualidad ignaciana.
La espiritualidad ignaciana ayudará a los miembros de la Comunidad a:
(i) comprender los valores y aceptar la visión ignaciana del mundo que caracteriza a la Compañía (Conocimiento);
(ii) facilitar la progresiva iniciación a la oración personal y comunitaria (Oración y Discernimiento), y
(iii) promover la necesaria coherencia entre los valores que los hijos han recibido en el Colegio y los vividos en el ambiente familiar, haciéndolos trascender a todos los ámbitos de la vida social (Compromiso).
Asociación Privada de Fieles
La “Comunidad Cristiana Nuestra Señora del Recuerdo” es una Asociación Privada de Fieles que inició su actividad en el año 1990 y que en la actualidad está formada por alrededor de 600 personas integradas en más de 50 grupos.
Fin último de la Comunidad
Constituye la finalidad principal de la Comunidad ayudar a sus miembros a vivir la fe cristiana con una mayor plenitud, a educar a sus hijos en la vivencia de esa fe y a dar testimonio en el mundo del mensaje cristiano, inspirándose en la espiritualidad ignaciana y en las orientaciones de la Compañía de Jesús.
Inspirada en la Espiritualidad Ignaciana
Inspirada en la Espiritualidad Ignaciana, colabora con la Compañía de Jesús, con la que mantiene una estrecha relación, muy particularmente con el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo.
La Espiritualidad Ignaciana proclama que:
– Dios es Creador y Señor, Suprema Bondad, la única realidad absoluta y todas las demás realidades proceden de Dios y tienen valor únicamente cuando nos conducen a Él.
– Dios está presente en toda vida humana y puede ser descubierto por medio de la fe, tanto en la propia experiencia individual y matrimonial como en la historia de la humanidad.
– Cada hombre y mujer es conocido y amado personalmente por Dios. Este amor invita a una respuesta que, para ser auténticamente humana, debe ser expresión de una libertad radical, libertad para darse a sí mismo y libertad para trabajar con los demás en el servicio del Reino. El ejercicio de esta libertad de respuesta supone una lucha permanente contra los obstáculos que se oponen a ella, pero en la que contamos con la ayuda del Amor Redentor de Dios.
– El ejercicio de esta libertad de respuesta supone también:
(i) Conocimiento, amor y aceptación de uno mismo;
(ii) Liberación de cualquier excesivo apego;
(iii) Conocimiento realista de las fuerzas presentes en el mundo que nos rodea;
(iv) Conocimiento de los procesos e influencias que afectan al comportamiento y al corazón.
– Cristo es el modelo de toda la vida humana por su respuesta total al amor del Padre. Comparte la condición humana, está vivo en medio de los hombres y es “el hombre para los demás” en el servicio de Dios.
– La invitación de Cristo a seguirle, como libre respuesta al amor de Dios, debe conducir a un compromiso activo en el mundo real de la familia, de los negocios, de los movimientos sociales, de las estructuras políticas y legales, y de todas aquellas actividades que constituyen la vida humana.
– Esta respuesta a la llamada, de la que María es modelo, se realiza en y por medio de la Iglesia, a través de la que Cristo está sacramentalmente presente en el mundo; y se facilita y refuerza a través de una Comunidad de Vida Cristiana, en la que el “más”, e1 mayor servicio de Dios, se alcanza a través de un discernimiento personal y en común de las decisiones, en un contexto de oración.
La espiritualidad ignaciana ayudará a los miembros de la Comunidad a:
(i) comprender los valores y aceptar la visión ignaciana del mundo que caracteriza a la Compañía (Conocimiento);
(ii) facilitar la progresiva iniciación a la oración personal y comunitaria (Oración y Discernimiento)-
(iii) promover la necesaria coherencia entre los valores que los hijos han recibido en el Colegio y los vividos en el ambiente familiar, haciéndolos trascender a todos los ámbitos de la vida social (Compromiso).
Si quieres saber más sobre Espiritualidad Ignaciana pincha aquí
Integrada en la Red Ignaciana
La Comunidad está integrada en la Red Ignaciana de Madrid, junto con otras comunidades y obras con una base común de espiritualidad.
Puedes leer más información sobre para saber en qué consiste y todo lo que hacemos.
- ¿Quiénes somos? Al final de esta sección podrás encontrar nuestros estatutos.
- La vida en Comunidad.
- ¿Qué nos aporta la Comunidad?
- Área de Acogida y Cuidado
Otros documentos informativos:
Si te animas, ponte en contacto con nosotros enviando un correo con tu nombre y teléfono a: acogidacomunidadrecuerdo@gmail.com y rellenando este formulario de solicitud de información para que nos pongamos en contacto contigo.
¡Anímate a conocernos y ven a formar parte de nuestra comunidad!

Formación
El conocimiento se materializa y concreta en las reuniones mediante el estudio, preparación y diálogo personal sobre el tema mensual.
A través de esta preparación se pretende:
a) Integrar en la vida de los miembros de la Comunidad nuevos conocimientos y valores.
b) Desarrollar del modo más completo posible todos los talentos dados por Dios a cada miembro de la Comunidad.
c) Aprender y “desear aprender”, a lo largo de la vida, para formar y consolidar valores y actitudes.
d) Desarrollar un sentido crítico y realista del mundo y sus estructuras.

Oración
Con la oración, discernimiento y reflexión se pretende:
A) Buscar un desarrollo progresivo de la oración personal como expresión de fe y camino efectivo hacia el establecimiento de una relación personal con Dios, que conduce al compromiso de servir a los demás.
B) Valorar la oración comunitaria, mediante celebración de la Eucaristía u otras celebraciones espirituales y religiosas, como testimonio de la existencia de una comunidad de Fe.
C) Considerar, como caminos de oración personal y comunitaria:
(i) La reflexión sobre las experiencias personales, de modo que se pueda comprender la propia experiencia de Dios.
(ii) La realidad del pecado y sus efectos en cada persona.
(iii) La reflexión a la luz del Evangelio, y de los Documentos de la Iglesia, aplicados a situaciones concretas, sobre las decisiones a tomar en la vida real, en orden a conseguir el "más": el bien más universal, la necesidad más urgente, el valor más duradero, etc.
D) Además de la oración-reflexión persona en la vida diaria, se considera importante realizar alguna oración al inicio de la reunión o después de tratado el tema. Se trata de comparar actuaciones y actitudes con las enseñanzas del Evangelio o de los Documentos de la Iglesia, en relación con el tema que se va a tratar o ya se haya tratado. A la luz de esta reflexión, y con la ayuda del Espíritu, deseamos clarificar las decisiones y estilo de vida, con posible puesta en común en el grupo.

Compromiso
El compromiso entendido como acción:
A) Es la actuación al servicio de los demás, acorde con el conocimiento, oración y discernimiento para promover:
- Fe y justicia
- Paz
- Un nuevo tipo de persona y sociedad, donde cada individuo tiene la oportunidad de ser plenamente humano.
- La aceptación y responsabilidad del desarrollo humano de los demás.
- Opción preferencial por los pobres y desfavorecidos.
- Ser hombres y mujeres para y con los demás.
B) La revisión periódica de las actuaciones o compromisos que ayudan a transformar la fe en obras.
C) La "misión" o compromiso puede concretarse en las reuniones a través de un compromiso específico, que puede ser individual, matrimonial o del grupo y, eventualmente, dar cuenta al grupo de su cumplimiento en la próxima reunión o en el periodo que se acuerde.
D) El esquema así desarrollado no debe impedir la naturalidad y la creación del clima adecuado, pero no debe interpretarse de una manera tan laxa y libre que acabe desvirtuando el objetivo final por inoperancia del medio.




